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Cuando todo se va a la mierda, solo quedan las personas

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Hay veces en las que todo se va a la mierda.

Así de fácil.

Y da igual en qué estés metido, que de repente, un golpe del destino te pone tu mundo patas arriba.

Y eso me pasó a mí el viernes pasado, 6 de noviembre.

AVISO A NAVEGANTES

Hoy no toca hablar de innovación.

Porque el blog, de vez en cuando, también es mi válvula de oxígeno para echar fuera preocupaciones.

Y esa sensación de tranquilidad, sólo llega cuando dejo salir mis miedos y angustias por el teclado y le doy al botón de Publicar.

Dentro de algún tiempo, no sé cuanto, volveremos a la rutina y a compartir ideas, herramientas y formas de innovar.

Pero hoy, no toca.

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Cuando el viernes 6 a mediodía el pediatra del hospital en el que acababa de nacer mi hijo Andrés me dijo que no respiraba bien y había que derivarlo al hospital de referencia de Alicante para operarlo, todo cambió.

Nada importaba ya: ni los premios Bitácoras, ni el training avanzado, ni design thinking, ni lean start, ni GTD, ni reuniones con clientes, ni nuevas ventas, ni posts… nada de nada.

Esas cosas, que en el día a día muchas veces me tienen sin dormir, se esfumaron de mi cabeza.

Hablando esa misma tarde con un buen amigo mientras comíamos a las 5 y media de la tarde en la cafetería de un hospital, me decía que, aunque duro, a veces necesitamos una bofetada como esta para poner las cosas en orden.

Para aclarar las prioridades.

Y volver a centrarte.

Pues quizás tengas razón amigo.

A veces nos perdemos en los detalles del árbol y nos perdemos el paisaje.

Así que cuando todo se va a la mierda, lo único que queda son las personas.

Y una vez más, me he encontrado con ellas.

Con quién estás y quiénes acuden, sin pedirlo, dejando lo que tengan entre manos y acuden a estar contigo.

Los amigos o la familia, ya se sabe, no te lo voy a explicar. Gracias por estar ahí.

Gracias sobre todo a Horten y Noe por levantar el teléfono y mover vuestra agenda.

Luego están los clientes, que de repente descubres que son más que eso. Así que gracias Vane, Paco, Pablo, Virtu, Jordi, Roberto por vuestra confianza y apoyo.

Pero también existen personas que, a pesar de trabajar con la última tecnología (innovación al fin y al cabo), es su habilidad, su empatía o su profesionalidad las que realmente acaban sacando las cosas.

Y no el hierro, el software, el proceso o la madre que los parió.

Aunque la UCI de neonatos del Hospital General de Alicante tenga equipos valorados en centenares de miles de euros y el box donde está mi peque parezca una nave espacial, son las personas las que realmente hacen las cosas.

Sin ellas no funciona nada.

Y lo escribo justo cuando estoy trabajando en un proyecto de innovación, para automatizar procesos, que implicará reducir personas.

¿Qué pasaría si lo dejáramos todo a la tecnología y nos olvidáramos del factor humano?

Si la Dra. Natalia Gallego no hubiera cogido un papel y un boli para dibujarme el problema y la operación que iba a realizar, con una minicámara y en una operación de microcirugía, más propia de miniaturistas. En el cuerpo de un bebé de 50cm…

Si la Dra. Lucía Sanguino no nos hubiera contado cada vez que se cruzaba con mi mujer y conmigo los avances positivos del peque en el post-operatorio. Daba igual, en el box, en el pasillo o en el ascensor al volver de cenar a las 11 de la noche.

Si la Dra. Myryam Salvador no nos mirara a los ojos cada mediodía, con la sonrisa en la boca, para decirnos el pequeño paso que iban a dar ese día.

Si la Dra. Almudena Maestre, residente de cuarto año, no nos hubiera puesto la mano en el hombro el lunes por la tarde, cuando estábamos completamente agotados de no dormir, y decirnos las palabras mágicas: «el peque va genial»

O si el Dr. Federico González, no bromeara conmigo sobre que mi peque se iba a hacer del Atlético de Madrid, después de encontrarse algo inesperado y solucionarlo en la segunda operación de Andrés.

Si Carmen, Vero, Lourdes, Belén, Pilar, Mª José, Montse o el resto de enfermeras de UCI no trataran a Andrés (y a cualquier paciente), como si fuera su propio hijo, más allá del cumplimiento de protocolos.

Si hubiéramos cambiado todo por máquinas y software.

Pues no lo sé.

No quiero pensarlo.

Pero la tecnología nunca conseguirá comprender las emociones como lo hacen las personas.

Mañana 12 de noviembre, nuestro pequeño superhéroe cumple una semana de vida y está evolucionando muy bien. No tenemos plazos, pero pronto estará en casa.

Me decía mi padre que gracias a la tecnología, nuestro peque está superando su dolencia. Que hace unos algunas décadas no hubiera sido posible. De acuerdo.

Pero yo creo que el factor humano, sigue (y seguirá) siendo imprescindible para que muchas cosas funcionen. Incluso la innovación más avanzada.

 

Estoy pasando por un auténtica montaña rusa de emociones.

Así que tampoco tengo muy claro que lo que escribo tenga mucho sentido.

Aunque lo he escrito en el blog varias veces. Sin personas no hay innovación.

Lo creo porque al final, cuando todo se va a la mierda, lo único importante son las personas.

 

ACTUALIZACIÓN: Hoy es 2 de diciembre y estoy viendo como mi mujer duerme la siesta con Andrés en brazos en el sofá de casa. Ayer le dieron el alta.

17 comentarios

No nos conocemos personalmente, pero te sigo virtualmente desde hace tiempo. Lo has clavado: al final de todo, lo importante son las personas, las emociones, las conversaciones… Muchos ánimos.

Muchísimo ánimo, Ángel.

Espero que tu hijo esté en casa cuanto antes y podáis disfrutar de él plenamente.

Te deseo lo mejor.

Un abrazo

Alberto Tundidor

Ánimo Ángel!!! Verás como todo sale bien. No nos conocemos pero sigo tu blog y comparto 100% contigo lo que dices en este post. Por eso, hoy aquí, los comentarios son de personas, esas que aunque no nos conozcan están siempre dispuestas a dar una mano cuando otro ser humano lo necesita. Un saludo,

Yo creo que el éxito total está en la unión de última tecnología con grandes profesionales, y eso es lo que está pasando en este caso. La tecnología actual es muy potente y su uso puede ser tan beneficioso como salvar la vida de una «personilla» como destruirla, así que todo depende en manos de quién caiga esa tecnología, entonces estoy de acuerdo contigo que al final son las personas las que deciden y tienen la última palabra.
Estamos en el buen camino, pasito a pasito.

Un beso!

Un fuerte abrazo Ángel !!

A veces, mas a menudo de lo que parece, la vida, la vida «real», la más intima, nos pone a prueba…

Animos y seguro pronto tendreis al peque en casa.

Con mis mejores deseos, Xavier

Ánimo, totalmente de acuerdo contigo, seguro que tu pequeño estará pronto en casa. Yo soy de los que rezan, así que rezaré por él y por vosotros, para que todo evolucione estupendamente! Ánimo!

Ánimo y entereza a ti y a tu mujer. Las personas son las que importan, sin personas, no hay tecnología que exista por sí sola, sin las personas no hay empresa, sin el ser humano, no hay convergencia tecnológica. Admiro, sobre todas las demás, la actividad de dos grupos profesionales, los maestros de guardería (escuela infantil hoy llamada) y de primaria, por la huella profunda que dejan en nosotros nos marcan durante el resto de nuestra vida y, muy especialmente, los profesionales dedicados a la salud, que no sólo nos quitan el dolor sino que, además, nos consuelan y dan esperanza, al fin y al cabo, lo único que queda en momentos como el que estáis pasando. Y eso, hoy por hoy, sólo las personas, con sus sueños, sus ilusiones y su humanidad son quienes tienen la capacidad de hacerlo sentir a otros como ellos.

Hablar de gestión del talento, de las emociones, de la tecnología, del éxito empresaria … Todo es secundario sin salud. Tu peque es un champion pero también vosotros os tenéis que cuidar. El apoyo moral es importante, pero la fuerza interior que hay que ir construyendo para todo lo que puede ocurrir, lo es más. Nos olvidamos de los que nos rodean y trabajamos con horarios de locura. Y todo ese entorno que hemos ido construyendo nos echa de menos. Algunos nos dimos cuenta y cambiamos de forma de trabajar o incluso de trabajo para poder estar más con nuestro círculo de familia y amistades. Otros no. De repente ocurren estas cosas que te pone la vida delante para volver a escalar tus valores. Valores. Para mi la gran necesidad de esta época que vivimos. Personas y valores. Todo lo demás queda en segundo plano. Animo Angel, todo pasa y todo llega, y en breve estaréis juntos en casa. Un abrazo.

Aunque no nos conocemos personalmente, sigo tus publicaciones. Ánimo y deseo que se recupere pronto tu hijo.
Y totalmente de acuerdo contigo; ¡¡sin las personas nada vale!!
Un fuerte abrazo!

muchas gracias de compartir con nosotros tu reflexiones. creo que sea un estimulo muy importante para intentar de hacer siempre lo mejor. salud y suerte para tu familia

Angel,

Me da mucha alegría saber las novedades de tu peque y de tu familia. Los mejores deseos para ti siempre.

Abrazo!

Gus.