Seamos realistas
La innovación es un tema que ha perdido el sentido
Tanto que han tenido que inventar otra palabra para hablar de ella: la transformación digital
Cada vez que salen los datos de empresas innovadoras del INE es un jarro de agua fría.
Nos contentamos con lo poco que hay, sin darnos cuenta de que nos estamos convirtiendo en unos chinos caros.
Hay valientes como tú que se dedican a intentar hacer avanzar sus empresas.
A crear nuevos productos, servicios y procesos innovadores que puedan aportar riqueza.
Pero a nadie le importa
Podemos estar poniendo paños calientes, leer artículos inspiradores en prensa o Internet, pero al final estamos en un punto en el que a veces dan ganas de tirar la toalla.
Cansado de empujar y pelearte contra todos
Déjame que te cuente la verdad sobre los 5 problemas de un profesional de la innovación que han convertido tu día a día en un foco de estrés y malos rollos y por supuesto, no te tienen contento.
Problema #1 Los directivos no tienen ni idea de innovación
Déjame que te cuente un caso real
Me llama una empresa para dinamizar un taller organizado por la dirección para generar ideas disruptivas en 4 horas.
¿En serio?
Eso no es tener ni puñetera idea de lo que va la innovación.
Eso es querer hacer algo porque han visto a la competencia o lo han escuchado de un gurú.
Están incómodos y quieren hacer algo.
O es postureo. No sabes la cantidad de directivos que dicen que innovan, pero luego rascas un poco y es una risa.
En el fondo, es que no se lo creen. Están bien con sus resultados actuales, preocupados en el día a día y conseguir su variable a final de año.
Pero como no saben y están acostumbrados a los resultados rápidos, se crean una expectativas infladas.
Una burbuja, vamos.
Empiezan a disparar a cualquier lugar, sin unos retos y estrategia clara.
Incluso, me decía hace años un buen amigo CIO de una gran empresa, que había diferencias en el Comité de Dirección sobre la definición de innovación.
Pero como la mierda escurre hacia abajo, te trasladan su falta de claridad a tí, su responsable de innovación.
Entonces te tienes que comer el marrón de hacer algo, con pocos recursos y encima que cumpla las falsas ilusiones de tu Comité de Dirección.
Te montan en barco a punto de estrellarse en una roca.
Problema #2: A tus compañeros no les importa tu trabajo
Asúmelo de una vez.
A tus compañeros de otros departamentos no les importa un pimiento la innovación.
Quizás te pase como a mí, que nos encanta la innovación, idear, hacer cosas diferentes…
Pero no todo el mundo piensa así.
De hecho te ven como una mosca cojonera.
“Ya está aquí el pesad@ de los post-its, con todo lo que tengo que hacer”
Tienen tanto trabajo en su día a día, que consideran la innovación como algo añadido y que además tendrías que hacer tú y tu equipo. Si ellos son responsables de sus tareas, tú lo eres de las tuyas.
No entienden que tu trabajo es transversal, que la mejor forma de innovar es con equipos multidisciplinares, combinando el conocimiento y la experiencia de todos.
Sólo les preocupan sus intereses personales, no los del grupo.
La primera pregunta, que no te hacen a la cara, pero está ahí demuestra su egoísmo: ¿qué gano yo si participo en la innovación?
Cuando estaba ayudando a una gran empresa de alimentación a desarrollar procesos de innovación, los sindicatos incluso llegaron a pedir dinero por idea propuesta!!!!
Muchos lo ven como más trabajo y que además no tiene impacto directo en ellos.
Creen que cuando después de participar en la reunión de innovación, volverán a su ordenador y tendrán 27 correos por responder y un informe que presentar tarde.
Si además, han tenido experiencias anteriores para participar en proyectos de innovación, que no han tenido éxito (y es una probabilidad, la innovación a veces fracasa), vete olvidando de que participen en los programas de innovación.
Motivación cero.
Problema #3: Hay personas que quieren que fracases en innovación
Así de duro.
En un entorno en el que todo cambia demasiado deprisa, hay personas (y cada vez más) que se sienten abrumadas y no quieren cambiar.
Quieren que todo vuelva a ser como antes. La técnica del avestruz: si me escondo y aguanto, seguro que el peligro pasa.
Las personas podemos estar convencidas de que el cambio es necesario, pero está ocurriendo que va tan rápido que no somos capaces de adaptarnos:
- ni racionalmente, con nuevos conocimientos o habilidades necesarios
- ni emocionalmente, con nuevas relaciones profesionales e interacción necesarias
En las empresas es igual: siempre habrá personas que tengan resistencia a cambiar.
El problema de verdad es cuando te encuentras con los trolls.
Estas personas que quieren que fracases en innovación, porque eso hará que la situación siga como estaba.
Y todo lo hacen por MIEDO
Miedo a perder su situación de poder, sus relaciones, su capacidad de decisión. Sus presupuestos para hacer lo que consideren.
Pero también miedo a no saber adaptarse al cambio. A desaprender y aprender los nuevos conocimientos y habilidades que necesitan.
Sobre todo cuando estás en un puesto Directivo
Muchas veces los trolls no actuarán de forma directa, a la cara. Sino que lo harán a escondidas, influenciando y malmetiendo.
Y antes de que des cuenta, te estarás jugando tu puesto de trabajo, sin saber por qué.
Problema #4: No te van a dar más recursos ni tiempo para innovar
No te enfades.
Por mucho que te cabrees, es muy difícil que te den más recursos para innovar.
Y si tienes suerte, los pocos que consigas te van a costar sangre. Conseguir aumentar tu equipo va a ser una tarea casi imposible, porque no produces resultados a corto plazo.
Todo el mundo necesita más personas en sus equipos.
Y tu Comité de Dirección está muy obsesionado con su cuadro de mando y sus números, donde no apareces la innovación.
Así que te tocará apañarte con lo que tienes, y aprovechar al máximo tu tiempo en un contexto complicado:
- Tu Comité de Dirección no tiene ni idea de innovación y te pide resultados para ayer, cuando la innovación realmente necesita de un tiempo de maduración.
- No tienes colaboración de otras áreas y estás solo (con tu equipo)
- Tienes que dedicar tiempo a esquivar las flechas que te lanzan los trolls
Pues sí, la verdad es que tienes poco tiempo.
El problema es que las expectativas son irreales. Las que te marca la dirección o incluso los clientes, pero también las tuyas.
Te lo digo por experiencia, yo he pasado por ahí.
Queremos hacer tantas cosas, que al final nos dispersamos y los proyectos no avanzan, porque abrimos demasiados frentes.
Hacer una sesión de creatividad es fácil, pero la innovación no es sólo generar ideas.
El trabajo duro viene después y es cuando muchas veces bajamos los brazos. Cuando tienes un proyecto con acciones, plazos y responsables.
Y claro, eso no mola tanto como los post-its.
Si te paras a pensar un momento, la mayoría de tu tiempo lo dedicas a hacer tareas urgentes.
A surfear la ola, sin caerte.
- Responder emails
- Asistir a reuniones
- Resolver marrones
- Hacer tu trabajo “importante” (informes, reportes, presentaciones….)
Así que….
Realmente, ¿cuánto tiempo dedicas a explorar oportunidades de innovación o a extender el virus de la innovación entre tus compañeros?
Problema #5: Los procesos de innovación que tienes no dan los resultados que esperas
Las expectativas en innovación son muy altas.
Tu Comité de Dirección quiere resultados rápidos, a corto plazo. Y si es posible asegurados.
Como si fueran esteroides o la poción mágica de Astérix.
Entonces han contratado a una consultora para aplicar la norma UNE 166.002 de sistemas de innovación.
Has pagado una pasta a la consultora, a la certificadora y lo único que te ha caído es un montón de papeleo que tienes que actualizar antes de la auditoría.
Quizás, como eres una persona responsable, puede que hayas buscado algún curso en innovación para actualizarte y conseguir los resultados más rápidos.
Pero no te ha servido de mucho, porque lo que te han enseñado, o está anticuado o no lo puedes aplicar en tu empresa.
Te han contado un montón de herramientas, pero no sirven en tu caso y los resultados no llegan.
Mucha gente se llena la boca diciendo que aplica Design Thinking, innova como una start-up (o mejor, colabora con alguna start-up que posturea más) o monta un hackaton o una aceleradora.
Quizás tu Comité de Dirección ha oído estas palabras y te lo ha encargado.
Tienes ilusión. Quieres hacerlo, pero no funciona.
Ves casos de éxito, y cuando rascas un poco, muchas cosas son mentira. Herramientas aplicadas sin sentido, como fuegos artificiales, y así es imposible que consigas resultados de verdad.
Tienes un contexto y unas características especiales.
Así que necesitas un traje a medida.
Estos son los problemas de tu día a día.
Ahora es tu decisión: abandonar o seguir en la trinchera.
Un comentario
Pues habrá que seguir adelante porque aunque problemas y trolls, el mundo no se va a parar y al menos siempre nos quedará nuestra conciencia para saber que no habrá sido porque nosotros (los que más o menos nos dedicamos a ´luchar´ por la innovación) no lo hayamos avisado. Sí, ya lo sé consuelo de tontos…
Llegados a este punto, creo que una de las habilidades que más debemos asimilar, practicar o ´aprender´es la resiliencia. No hay otra para los que decidamos, seguir en la trinchera.
Angel, como siempre con el dedo en la llaga. Me ha gustado mucho el artículo como el resto por su toque de realismo.