
La mayor parte de mi tiempo trabajo con equipos de innovación.
Y es un lujo
Reunir a un grupo de personas de talento y acompañarlas en el proceso de innovación.
No sólo en proyectos de nuevos productos y servicios.
Sino (y sobre todo), en diseñar, pilotar e implantar programas de innovación.
Crear rutas y herramientas para que las personas de una organización puedan innovar.
Y a partir de ahí, vendrá todo lo demás.
Este post es un ejercicio de aprendizaje para mí.
Porque los adultos necesitamos reflexionar sobre la experiencia para aprender.
Así que voy a poner por escrito mis aprendizajes con 26 equipos de innovación con los que he trabajado durante estos meses.
De diferentes sectores y organizaciones:
- 8 en el sector farma
- 8 en el sector alimentación
- 3 en servicios públicos
- 3 en ONGs
- 2 en empresas industriales
- 2 en servicios financieros
A la vuelta de Navidades, iré publicando posts específicos con algunos casos, que los clientes me han permitido contar.
El resto, ya lo sabes, por confidencialidad quedan bajo llave.
Así que te he resumido mis reflexiones particulares, que espero que te ayuden.
Aprendizajes mentorizando equipos de innovación
#1 A mayor seguimiento, resultados más rápidos
He comprobado que la mejor herramienta para hacer avanzar los proyectos son los sprints cortos.
Periodos de tiempo corto, donde el equipo de innovación se enfoca a tope en conseguir un resultado parcial, funcional.
Y los sprints necesitan puntos de seguimiento, de control. Clave para los equipos.
Si no, se dispersan y el día a día puede con ellos.
Pero también es necesario encontrar el equilibrio, para dejar tiempo a que se hagan las tareas y se obtengan resultados del sprint que realizas.
Mis datos dicen que los equipos con los que hacía seguimiento cada 2-3 semanas avanzaban más rápido que los que teníamos seguimiento cada 4 semanas.
#2 Cuando quieres aplicar nuevas herramientas, aprende con un caso real
Este aprendizaje es más una reafirmación de algo que ya sabía.
Desde siempre, trabajo con mis clientes en proyectos reales.
Nada de simulaciones teóricas ni ejemplos. Como mucho, vemos cómo aplico alguna herramienta en nuestros propios proyectos de Innolandia.
La única manera para aprender a innovar es innovando.
Eligiendo retos concretos (al principio, sencillos), pero donde el equipo de innovación vea que sí, que se puede aplicar en su caso.
La semana pasada me lo decían 2 clientes diferentes, haciendo el cierre de los proyectos: la clave es que hemos visto la utilidad aplicándolo en retos reales. Y con impacto.
#3 Liderazgo tiene que dejar hacer
Hablamos mucho de la importancia del liderazgo, para impulsar la innovación.
Mi experiencia es que la mayoría de las veces, es mentira.
Hay muy muy pocos líderes innovadores o directivos innovadores.
Si tienes la suerte de trabajar con un@ de ell@s, enhorabuena. Consérvalo como una joya, porque son una especie en peligro de extinción.
La mayoría dicen que les interesa la innovación, pero viven absorbidos por el día a día y los resultados trimestrales o anuales.
Tengo unos cuantos casos de estos.
Grandes planes, que al final tiene que sacar adelante el/la responsable de innovación, peleando diariamente, porque tu jefe está muy ocupado.
Así que lo mejor que te puede pasar, es que te dejen hacer, sin molestar.
Ya habrás ganado mucho.
#4 La metodología no es rígida. No es una receta de cocina.
Siempre he creído en el concepto “caja de herramientas”, respecto a las metodologías.
Incluso mi primer ebook se llamaba así
No hay dos organizaciones iguales, dos casos iguales en los que aplicar las herramientas.
He tenido proyectos parecidos en el sector de alimentación y no hemos seguido la misma ruta con el equipo de innovación.
Innovar no es cocinar como una receta de Termomix. Añades los ingredientes: unos post-its, un par de canvas, algún taller y sale la gran idea innovadora
Cada vez soy menos rígido en la metodología, y adapto las herramientas a cada caso.
Pero siempre con un enfoque de diseño, centrado en el usuario.
Interno o externo.
#5 Es imprescindible salir a la calle. Hablar y observar con clientes
Siguiendo con el punto anterior, en Innolandia aplico el enfoque de Design Thinking con equipos de innovación, independientemente del reto.
Es algo que siempre valoran las personas con la que trabajo.
Recuerdan que sus clientes no están en un Excel o en un powerpoint de una consultora, sino que tienen cara, ojos y emociones.
Cuando más alejado está el reto a tu negocio principal, más necesario es que salgas a la calle a conocer a tus clientes.
Tengo una diapo muy clara:
Ver, escuchar, sentir como tu cliente
Me ha ocurrido con varios casos: servicios públicos, segmento vegetariano….
Los equipos de innovación han aprendido más en 3 entrevistas personales con clientes que con decenas de horas de clase o gráficos Excel.
#6 Aplicar el enfoque de diseño de forma interna para construir la cultura innovadora.
Para mí Design Thinking es más que una metodología.
Es un enfoque para resolver problemas, poniendo al usuario en el centro.
Puede ser externo (nuevos productos / servicios / modelos de negocio)
Pero también interno: procesos, equipos….
Incluso para construir los procesos de innovación de la empresa. O la cultura innovadora.
Lo he aplicado con varios clientes en diferentes casos y ha sido muy útil. En este caso, tus clientes son tus compañeros.
Y tienes que conocerlos, para diseñar los procesos de innovación para que ellos “compren” la innovación.
Recuerda: tus compañeros “te pagan” con la moneda más escasa: su tiempo y su atención. Así que tus actividades de innovación tiene que ser muy muy buenas para convencerlos.
Olvídate de copiar y pegar lo que te diga cualquier consultora o norma ISO y empieza a diseñar a medida.
#7 Tomar decisiones muy rápidas, sobre datos, para avanzar, repensar o parar
Rocío, una de las responsables de innovación con la que trabajo, me preguntaba un día frustrada:
“Ángel, llevamos 3 proyectos y no llegamos a terminar la metodología de Lean Start-up. Qué estamos haciendo mal?”
Es una confusión habitual, que va unida al punto #4.
Sí que avanzábamos con la metodología.
Lo que ocurría es que con la información disponible, la decisión era parar el proyecto, porque no conseguíamos validar las hipótesis que teníamos.
No se trata de seguir hacia adelante, con tu intuición y pegarte una castaña enorme.
Sino de tomar decisiones con datos reales de mercado. Y eso a veces, duele. Porque nos enamoramos de nuestra idea y no queremos cambiarla.
Sin embargo, a partir de parar y pensar, 2 de los proyectos de Rocío se reorientaron y consiguieron avanzar, pero en otra línea que no era la pensada originalmente.
Ese es el gran valor de las herramientas ágiles de innovación.
#8 El momento de la verdad. Aprobar y escalar
Cada vez más estoy trabajando con clientes en el crecimiento de sus programas de innovación o proyectos concretos.
Porque el momento de la verdad para los equipos de innovación es el escalado.
Tener ideas es un ejercicio divertido. Pero hay que tomar decisiones para ponerlas en marcha. Y ahí empiezan los problemas.
Cuando tienes un proyecto que es muy diferente a tus productos actuales, hay que dedicar recursos para venderlo y producirlo.
Entonces a Marketing, Comercial, Producción… les entra el pánico.
Y si hablas de algún programa de cultura innovadora, ya es la bomba.
Empiezan a aparecer los trolls [link a barreras para innovar], como llamados por Sauron, para impedir cualquier cambio en el status quo de la organización.
La verdad es que no tengo una receta para resolverlo.
Sólo seguir avanzando, paso a paso. Buscando el ángulo más adecuado y con mucha, mucha empatía y resiliencia, como dice Pau Gasol.
#9 El empuje de las personas innovadoras.
Mi último aprendizaje de estos meses tiene que ver, una vez más con las personas
He comprobado que los mejores resultados (menor time to market) se consiguen cuando hay una persona que tira del carro en los equipos de innovación.
Puede que sea del departamento de innovación o no.
Pero es alguien que asume el reto como propio, aunque no esté en sus objetivos y es capaz de tirar del equipo.
Porque le motiva algo muy importante.
Cambiar las cosas.
No tanto el resultado final, como resolver un problema.
Esa persona es el auténtico líder. El que pasa de hacer proyectos como churros a ilusionarse con un reto.
Y ese líder emerge cuando se establecen las condiciones necesarias para innovar. Un reto que le motive, un espacio y entonces, se lanzará al vacío.
A innovar.
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