Un año más, comparto contigo mi post resumen del año
Escribir este post me ayuda a reflexionar y aprender
Qué cosas he hecho bien
Qué he aprendido
Y qué cambiaría
Personalmente, ha sido un año diferente, porque he aprendido a estar más centrado.
El año pasado te contaba como manejar las bolas en el aire, sin que se cayeran.
Equilibrios que se tradujeron en ansiedad.
Este año, también he tenido mucha actividad, pero creo que he estado más centrado y he disfrutado más de los proyectos.
Y eso no tiene precio.
Aquí tienes mis aprendizajes del curso 2018-19
Qué ha pasado este año
Vamos con los grandes titulares de actividad del año:
- Ya somos 5.630 innovadores en la comunidad de Innolandia. Este curso se han incorporado 1.505 nuevos suscriptores, un crecimiento del 35%, sobre todo a partir del congreso online de Consultores Digitales que hice el verano pasado.
- Son 5.630 personas a las que he ayudado más o menos, porque todos habéis pasado por el curso “La empresa innovadora”.
- 440 clientes han confiado en mí desde que empecé en 2012, en 10 países diferentes. Este año han sido 130 nuevos clientes online y 10 offline, siempre medianas o grandes organizaciones.
- He vuelto a alcanzar, la barrera psicológica de las 6 cifras de facturación, algo que es una locura para un micronegocio en red como es Innolandia.
- Pero para mí, quizás el gran insight ha sido que el 21% de los ingresos viene de servicios nuevos de este año:
- Consultify
- El Máster MVPi
- El Design Sprint
- Mi libro Manual [mínimo viable] de innovación, que fue número 1 de ventas en Amazon durante varias semanas.
- Para conseguirlo he realizado más de 9 experimentos con diferentes conceptos. Y eso sólo se consigue dedicando tiempo y horas a innovar.
Vamos con los detalles
Lo mejor del año
#1 La innovación ágil da resultados
Gracias a la innovación he podido mantener la facturación este año, porque algunos clientes habían caído.
Así de claro.
Cuando el 21% de los ingresos viene de productos innovadores lanzados este año es para estar muy contento.
Pero conseguirlo requiere mucha disciplina. No soy mejor que nadie.
Tengo días malos y me equivoco muchas veces.
Pero este año me he reafirmado en 3 cosas que son imprescindibles para innovar, no sólo en Innolandia, sino en cualquier organización.:
Tiempo
Se trata de bloquear la agenda, aislarse de urgencias del día a día, surfear la ola y trabajar con experimentos muy rápidos, de bajo riesgo.
Y no se trata de trabajar más. Yo mismo he trabajado 8,2h al día durante 11 meses y me he cogido breaks de vacaciones cada trimestre, además de una baja por enfermedad de 10 días.
El secreto es a qué dedicas tu atención y por tanto, tu tiempo.
Este año he bajado las horas dedicadas directamente a proyectos de clientes en un 20%.
Las he invertido en experimentos y nuevos productos, una media de 6h/ semana, que estaban bloqueadas en la agenda.
Por ponerte un ejemplo, escribir el libro me ha llevado una media de 4 horas a la semana durante 15 semanas. Y no te digo el lanzamiento.
Equipo / talento
Innolandia es una pequeña boutique de innovación que trabaja en red.
Ya somos 6 personas en el equipo más o menos estable.
Sin Mar y Jenni, Jesús, Ana, Javi o Robert no podría haber ido tan rápido. Ayer mismo lo comentaba con un amigo.
Este es el logro del que, sin duda, estoy más orgulloso: el equipo de Innolandia, que nos ha permitido participar en proyectos tan geniales y divertidos como Re-Acelera con el Instituto de Fomento de la Región de Murcia o las Design y Lean Boxes.
Velocidad
Y sobre todo, lanzarse a tocar cliente desde el primer momento.
Ideas hay muchas.
Pero llevarlas al mercado rápido es duro, porque nos da miedo.
Muchas empresas se agotan y bloquean la innovación con análisis y más análisis, que lo único que hacen es retrasar el momento de la verdad.
Siempre se puede pedir un estudio de mercado o un informe técnico más.
Pero lo único que demuestra es el miedo a lanzarse.
No quiero decir que pierdas la cabeza. Pero tienes que atreverte.
Aunque sea sin permiso de los jefes (proyectos submarino).
Ojo: puede salir mal.
Yo este año también la he cagado y bien. Luego te cuento más adelante.
#2 2 hijos, un libro, un árbol
Pues ya sólo me queda el árbol ?
En septiembre asistí a un curso sobre cómo escalar negocios digitales. Ese fue el impulso definitivo, cuando me preguntaron:
¿cuánto tiempo llevas procrastinando escribir un libro, después de más de 500 posts (unas 500.000 palabras escritas?
Mi tímida respuesta fue: Más de 4 años.
Así que delante de los asistentes me comprometí a lanzarlo el día de mi cumpleaños de 2019.
Y el 6 de abril de 2019 lancé en Amazon el Manual [mínimo viable] de innovación
Créeme, que no ha sido sencillo.
El miedo a empezar, a la hoja en blanco, hasta encontrar el hilo conductor.
Las horas de escritura y revisión.
Las problemas de impresión en la 1ª edición con Amazon….
Pero estoy súper orgulloso de hacerlo, porque las respuestas y comentarios que he recibido han sido absolutamente geniales. Para subir la autoestima de cualquiera.
Es uno de los momentos en los que me doy cuenta de que, de verdad, estoy ayudando a personas innovadoras, como tú, en su día a día.
Y además, fuí número 1 de ventas durante 6 semanas!!!
#3 Poner a las personas en el centro de la innovación.
El tema central del libro es “la innovación va de personas”.
Yo creo que refleja claramente mis valores y mi forma de trabajar.
De manera natural, este año los clientes me han centrado más todavía en proyectos de Design Thinking, aplicando diferentes formatos, para adaptar la metodología a cada contexto particular.
- Dxperience, para proyectos de desarrollo de productos y servicios más o menos largos
- Design Sprint, para lo mismo, pero en una semana
- Design Thinking inverso para encontrar problemas de usuarios a soluciones tecnológicas ya creadas
- Procesos de Mentoring de equipos innovadores para desplegar proyectos de cultura innovadora
- Consultify, para diseñar modelos de negocio para consultores
Y he escuchado frases que me reafirman, una vez más, en que la innovación va de personas.
La tecnología es sólo una herramienta que nos permite solucionar los problemas de estas personas de forma más eficiente y eficaz.
Y las herramientas son eso, medios para conseguir un resultado. Huir de la “receta mágica” para “elegir la herramienta más adaptada al contexto y personas con las que trabajamos”.
Ese creo realmente que es el valor que puedo aportar a mis clientes.
Me quedo con 2 frases de mis clientes que, quizás, lo resumen todo:
“Este proceso nos ha ayudado a volver a escuchar a los clientes y salir del despacho”
“Hemos conseguido involucrar a más personas internamente y extender el virus de la innovación”
Así que gracias a tod@s los que me habéis permitido entrar en vuestras organizaciones y ayudaros a desarrollar culturas innovadoras.
Lo peor del año
#1 Consultify: cuando tienes que matar un proyecto
Como te decía antes, también la he cagado este año.
No todo ha sido maravilloso.
En julio lanzaba la 1ª edición de Consultify, la primera escuela de innovación online expresamente para consultores.
Había realizado diferentes experimentos que reducían el riesgo del proyecto, incluido un congreso online donde asistieron 900 personas y con un 7% de asistentes de pago.
Así que el 1 de septiembre comenzó la primera promoción de alumnos.
En otoño realicé diferentes actividades para validar si podía atraer personas de forma continua, incluyendo un par de eventos presenciales en Barcelona y Valencia, con Anfix
En enero llegó el lanzamiento de la 2ª edición y el resultado fue nefasto: 0 inscritos.
Aún tengo pendiente redactar un post con el análisis post-mortem, pero el aprendizaje estaba claro: tenía que pivotar de cliente.
Y decidí parar el proyecto
El esfuerzo para pivotar y seguir iterando era demasiado grande para ese momento.
Es una de las decisiones más duras que he tenido que tomar en estos años de Innolandia, porque ya había invertido dinero.
Pero si quiero innovar ágil, no puedo dedicar recursos a varios proyectos a la vez.
Así que revisé mi cartera de proyectos y dí luz verde a explorar un nuevo proyecto, el Máster de Innovación mínimo viable, MVPi, para evitar enamorarme de Consultify, que retomaré más adelante.
Aprendizaje: es más ágil centrarte en un proyecto (por equipo) durante un sprint corto y después tomar decisiones.
Aprendizaje 2: no hay que tener miedo a matar / parar proyectos. Reduce el tiempo y los costes de desarrollo.
#2 Cambios en el equipo
En febrero mi coordinadora online Mar Bravo me anunciaba que tenía que terminar la colaboración, por motivos personales.
Y de repente, me dí cuenta de lo importante que era.
Un tiempo atrás había comenzado un proceso de delegación con ella, que me permitía centrarme mucho más en actividades de proyectos con clientes y de innovación interna.
Me quedaba con el culo al aire.
No te das cuenta de lo importante que es tu equipo hasta que pasan estas cosas.
Y eso me produjo un periodo de ansiedad nada recomendable.
Al final (apenas diez días, pero unos días horribles) hablé con Jennifer Martín, una persona del equipo de Mar, que ya había trabajado conmigo, para que se uniera definitivamente al equipo.
Así que GRACIAS Jenni, por dar el paso ?
Aprendizaje: Invertir en el equipo es fundamental para hacer escalar un modelo de negocio de servicios.
#3 Cuando los procesos de coordinación fallan (y te cuestan dinero)
El año pasado reflexionaba sobre las dos palancas para escalar mi modelo de negocio:
- La digitalización
- Las redes de colaboración
La digitalización ha sido la base de los experimentos y lanzamientos de este año, que te he comentado más arriba.
Algunos han salido bien y otros me han constado dinero y tiempo.
Pero la innovación es así. Cuanto antes lo aprendan tus jefes, mejor.
Las redes de colaboración es la palanca para hacer más proyectos, más grandes y más complejos.
El problema es que en cuanto incorporas más personas a tus proyectos o haces más, necesitas coordinarlas, un jefe de proyectos o Project manager.
Yo trabajé como Project Manager en Procter&Gamble, no es el trabajo que más me gusta, pero es necesario.
Muchas veces, para evitarlo, o porque tenemos demasiado trabajo (carteras de proyectos inmanejables por ejemplo), pasamos a gestionar por email.
Un absoluto error.
Nos ha ocurrido que por falta de coordinación, por no tener un plan visible compartido, por gestionar con cadenas de emails, y sobre todo por NO HACER SEGUIMIENTO CORRECTAMENTE, en un par de proyectos hemos hecho cosas que no deberíamos.
Y nos ha costado tiempo, dinero y malos momentos.
Aprendizaje: Bloquear un tiempo en la agenda para la coordinación de los proyectos (si no, no se hace) y no “dirigir por email”.
Pues hasta aquí la revisión de este año.
Este es el último post de esta temporada.
Voy a dedicar unas semanas a descansar, planificar y “afilar la sierra”, así que nos vemos a finales de agosto.
Feliz verano!