¿Has tenido alguna vez una borrachera de proyecto?
Una época que has tenido que trabajar 16 horas diarias sin fines de semana
En la que tu pareja se ha cabreado contigo porque mirabas compulsivamente el móvil cada 3 minutos.
Pues estas puntas de trabajo funcionan igual que las borracheras. Estamos a tope, pero al final nos generan una resaca de caballo.
Yo he sufrido una borrachera de proyectos estos últimos meses. Menos mal que me acordaba dónde estaba el Almax.
La fiesta: el trabajo intenso del proyecto
Cuando salíamos de fiesta en el Colegio Mayor de Madrid los fines de semana, a partir de la 1 de la mañana era cuando la fiesta llegaba a su máximo apogeo. Ya habían caído unas cuantas copas y el alcohol invadía la sangre.
En los últimos tres meses he estado trabajando en 5 proyectos al mismo tiempo, y créeme, ha sido un empacho de campeonato.
Algunos de especial intensidad, como el Centro de Excelencia de Villena, con la EOI o el proyecto Smart City Elche, también con EOI. Otros, de forma online, pero que también han requerido su tiempo y dedicación: un mega proyecto de Perú, el Innolandia Summer Camp (gracias a Salvador, Pepe, Julio, Milagros y Pere) o una consultoría online sobre diseño de servicios utilizando Design Thinking.
Esto, además del blog, que como has visto, he reducido el número de posts publicados.
Seguro que tú has pasado alguna vez por aquí: horas extras a tope, trabajo los fines de semana, incidencias, enfados, algunos buenos momentos.
Todo lo que te puedas imaginar que tiene un proyecto.
Mientras dura el o los proyectos, estás tan metido dentro de tu mundo, que solo existe eso. Es la apoteosis de la fiesta. No nos damos cuenta de que por dentro el cuerpo empieza a saturarse y por fuera nuestra vida personal, también.
Pero estamos de fiesta, y no nos importa nada más.
Llegando a casa, las últimas acciones del proyecto
Llega la última semana del proyecto. En muchos casos aumenta la presión para completar los entregables y últimos documentos pendientes. Aquí ya no hay horas: se trata de llegar a los plazos que le hemos dicho al cliente.
Por lo civil o lo criminal.
Yo le dije a mi mujer a principios de julio que no contara conmigo durante ese mes para algún plan entre semana, porque iba a ser imposible. Y al final no pudo contar conmigo de lunes a domingo.
El cansancio empieza a pasar factura. Mucho tiempo a tope, y al final vamos en reserva. Vemos la meta tan cerca que pensamos en dejarnos llevar, que el impulso que llevamos de tiempo atrás nos permitirá terminar el proyecto.
Aparecen pequeñas distracciones y errores. Incluso roces entre miembros del equipo. Pero es normal. Solo queremos terminar esta locura y descansar.
Es como cuando avanzaba la madrugada del sábado por la noche y surge el cansancio, que unido a las copas, nos lleva a estar atontados (no hablo de borrachera!) y con ganas de querer llegar a casa a dormir.
What´s ths story? Morning Glory
Después de la fiesta viene la resaca. El mejor disco de Oasis se llama así (What’s The Story) Morning Glory? Una frase hecha para referirse en jerga inglesa a la resaca.
Me ha pasado a mí este verano y no es la primera vez. La sensación de cuerpo y mente era similar a las resacas que tenía algunos domingos cuando estudiaba en Madrid.
- El 2 de agosto, mi primer día de vacaciones con mi mujer y mi hija en casa de mis padres en la Sierra del Segura, dormí 12 horas. Al día siguiente, otras 12.
- Pero el problema no es dormir 12 horas de vez en cuando. Era una sensación de agotamiento físico y sobre todo mental que me bloqueaba la cabeza. No tenía ganas de hacer nada, solo estar en el sofá tirado viendo la tele.
- Mi hija, que no me había visto el pelo en el mes anterior, quería ir a la piscina y salir a montar en patinete. Pero yo estaba completamente bloqueado.
- Además, de un poco de mal humor.
- No quería ni oir hablar de trabajo, porque había llegado a la saturación.
Una resaca completa.
¿Te suena? Estoy seguro de que te ha pasado a ti también alguna vez.
Estos atracones de proyectos al final acaban pasando factura al cuerpo, pero sobre todo a la mente.
El Director General de Arbora&Ausonia cuando empecé a trabajar allí en 2001, nos dijo que las organizaciones deben funcionar al 80% de su capacidad para ser sostenibles.
Sin embargo, la intensidad de los proyectos a veces se convierten en borracheras.
¿Dónde está el Almax?
En lo único que piensas cuando te despiertas con resaca es dónde puñetas has puesto el Almax, para rebajar ese maldito dolor de cabeza.
Los primeros días de agosto todavía tenía inercia de los proyectos: quería entrar en el email para ver si había mensajes nuevos o consultaba de forma compulsiva el whatsapp.
Pero eran síntomas. Había que tomarse una pastilla de Almax y dejar que actuase para recuperarse de la borrachera de proyectos.
Me acordé de qué había hecho en otras ocasiones y me había funcionado. Así que aquí van algunas recomendaciones que me han funcionado para cuando tienes una resaca por proyectos de innovación:
Pastilla #1: Dormir.
Lo primero es recuperar el cansancio físico. Y para ello lo mejor es dormir. Yo me pasé dos o tres días durmiendo 12 horas y durante 3 semanas he dormido 8 horas y algo de siesta. El sueño no es una pérdida de tiempo, sino como explica Elsa Punset en el libro Una mochila para el universo , es una rutina imprescindible para reparar el cuerpo.
Pastilla #2: Hacer deporte.
El ejercicio físico genera endorfinas, que ayudan a sentirnos mejor. No se trata de hacerlo un día y ya está, sino de al menos durante dos o tres semanas, hasta recuperarnos. Retomé mis salidas a correr e incluso aumenté la frecuencia.
Pastilla #3: Salir del lugar de trabajo.
Si puedes tomarte algunos días libres, perfecto. Hay personas que se dedican a actividades creativas que en verano se toman 2 o 3 meses libres para recuperar la inspiración y oxigenarse.
Si no puedes, cambia cosas de tu mesa de trabajo, para tener la sensación de cambio. La modificación de las rutinas activa nuevas conexiones cerebrales, genera aprendizaje y sensación de bienestar.
Pastilla #4: Buscar actividades diferentes.
Si puedes tener algunos días de vacaciones, lo mejor es una desconexión total. Una cura anti-tecnología. Apaga el móvil (sí, se puede vivir sin él!!). Desconecta el PC. Relaciónate con esas personas que viven contigo y que solo has visto en la cama los dos últimos meses.
Si tenemos que seguir trabajando, dedicar unos días a tareas de menor intensidad. Siempre hay que archivar documentos, poner en orden cosas, leer informes pendientes. Ahora es el momento!
Pastilla #5: Aprovechar los vínculos afectivos.
A mí es lo que mejor me ha funcionado: aprovechar para recuperar el tiempo que no he estado con la familia y los amigos, fuera del entorno laboral. Atención: hablar de trabajo está prohibido!!
Esto es lo que a mí me ha funcionado. ¿Qué técnicas aplicas tú para recuperarte después de un proyecto?