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Herramientas de pensamiento crítico para innovar (II): El análisis de problemas

POST ESCRITO POR JUAN SOBEJANO

Seguimos con nuestra serie sobre el pensamiento crítico.

Como sabes ya hemos publicado dos artículos anteriormente: Por qué necesita del pensamiento crítico para la innovación y El diálogo socrático.

En esta ocasión seguimos con herramientas que te pueden ayudar en tus procesos de innovación.

Y nos vamos a centrar en la fase de análisis de problemas.

Es fundamental tener claro sobre qué estamos trabajando.

Hasta qué punto los problemas que estamos tratando de resolver en nuestro proceso de innovación son importantes para nuestros clientes.

O para nosotros, si es que estamos trabajando en un proyecto de innovación interna (procesos, modelos de negocio…)

Hemos de avanzar sólidamente, asentando cada paso que damos.

Y comprender y analizar correctamente el problema es fundamental.

Para ello vamos a utilizar una herramienta sencilla.

Que no es sino un check-list con el que comprender en profundidad el problema con el que estamos trabajando.

Check-list del problema

¿Por qué es importante trabajar el análisis de problema en el pensamiento crítico?

Tengamos en cuenta que muchas de nuestras reflexiones giran en torno a los problemas que tratamos de resolver.

Hablamos tanto en procesos de innovación como de gestión.

El día a día de una organización es el de solucionar problemas.

Más graves o menos.

Más difíciles o más fáciles de solventar.

Pero trabajamos con problemas.

Y en muchas ocasiones no los interpretamos bien.

O no los analizamos adecuadamente.

O nos entregamos a sesgos que no nos permiten ver la verdadera importancia del problema.

Por eso hemos de ser capaces de comprender tanto el problema como su entorno y conexiones.

Lo que podríamos llamar el meta-problema.

Para eso sirve el check-list de problema.

Como vas a ver es una herramienta sencilla.

Incluso no deberíamos llamarla herramienta, sino enfoque, modelo de reflexión…

Un poco como con el diálogo socrático.

Más que herramientas concretas hablamos de modos de actuar y reflexionar.

Vamos con el Check-list.

Este check-list es una adaptación de un modelo de reflexión recogido por Richard Paul y Linda Elder en su Miniguía para el pensamiento crítico.

Ellos lo llaman Estándares Intelectuales Universales, y son como una guía para saber si tu reflexión está siendo consistente.

Creo que una de las mejores estrategias que podemos desarrollar en procesos de innovación (y de reflexión general) es coger herramientas ya utilizadas y adaptarlas a nuestros contextos.

Estamos en cierto modo innovando en el uso de herramientas intelectuales.

Por eso nosotros lo vamos a enfocar a la correcta definición y análisis de los problemas.

Vamos a analizar los distintos puntos del check-list.

1.-Claridad

Es fundamental que comprendamos de qué estamos hablando.

La claridad supone que nuestra conversación se entiende.

Que comprendemos, que nos comprendemos cuando hablamos entre nosotros.

En muchos procesos de innovación hemos visto cómo hay problemas de entendimiento entre las partes.

Porque cada uno habla con claves distintas.

O tienen en mente problemas distintos.

Es fundamental que estemos en el mismo discurso, en el mismo modo de reflexión.

Como yo digo:

Prefiero parecer tonto al principio y enterarme de todo, a parecer listo y luego no enterarme de nada.

“Aclárame esto”, “¿estamos de acuerdo?”, “pongámoslo en común”, “pongamos un ejemplo”.

Debemos utilizar más estas expresiones.

2.-Exactitud

La concreción es otra característica fundamental.

Trabajar sobre un problema supone definirlo sin matices.

Antes de empezar a trabajar en un problema hemos de se capaces, todos los miembros del equipo, de saber, sin posibilidad de error, cuál es el problema.

Por supuesto, hemos de comprobar que el problema existe, que no es una suposición.

La exactitud implica la concisión, el ir a lo importante.

Supone definir el problema de manera desnuda, casi esquemática.

Centrándonos en los aspectos relevantes y que lo hacen un problema.

“¿Por qué este problema es un problema?”.

3.-Precisión

Verás que en este check-list hay puntos que son similares.

Son distintos en cuanto a su profundidad.

Este es uno de ellos si lo relacionamos con la exactitud.

En el pensamiento crítico es importante que seamos capaces de crear conocimiento hasta niveles exigentes.

Analizar un problema de manera superficial, con exactitud, pero superficial, puede llevarnos a estrategias equivocadas.

Cuando tenemos claro cuál es el problema debemos aumentar nuestro nivel de exigencia.

Se trata de ver que no nos hemos olvidado nada en nuestra definición de problema.

Ahora sí son importantes nos matices, y ver si estos matices afectan a la definición del problema.

“¿Qué hemos de analizar para tener claro que este problema es real?”, “¿qué elementos lo definen y cuál es su nivel de importancia?”.

4.-Relevancia

En ocasiones nos centramos en problemas que no son relevantes.

Son problemas cuya solución no va a generar un impacto significativo.

Por eso hemos de tener en cuenta, dentro de nuestro check-list, un análisis de la importancia del problema.

Y no sólo por el problema en sí, sino también por el impacto que puede tener.

Este es un primer acercamiento al problema como fenómeno que transciende a sí mismo.

Es decir, es un fenómeno cuya gestión genera impactos más allá del mismo problema.

Y eso lo hemos de conocer.

O al menos hemos de sospecharlo.

5.-Profundidad

Volvemos a profundizar (como bien indica el nombre) en el análisis.

Si con la relevancia tratábamos de analizar la importancia real del problema, con la profundidad vamos a ser más meticulosos.

El análisis del problema ha de ser con tal profundidad que incluso debemos ser capaces de diseccionarlo en partes.

Incluso podemos introducir el factor temporal en el análisis: ¿Qué ocurre si no solucionamos el problema?

6.-Amplitud

Ahora se trata de pensar el problema desde fuera.

Todo problema se manifiesta en un entorno concreto.

Tiene unas implicaciones o efectos y se ve influido por elementos externos.

No tenemos nunca un problema aislado.

De hecho, es interesante comprender también posibles consecuencias de la solución a dicho problema.

¿A quién afecta?, ¿qué impacto tendía su solución?, ¿hay que solucionar algo antes de atacar el problema?, ¿qué otros elementos son importantes?

7.-Lógica

También es bueno pararse a analizar nuestro proceso de trabajo.

Es importante, en todas las fases del proyecto de innovación, que paremos un momento para ver si lo estamos haciendo bien.

Repasar lo que se ha hechos desde la perspectiva del pensamiento crítico nos va a evitar muchos problemas y costes posteriores.

Un tema fundamental es el de los sesgos.

En ocasiones damos más importancia a determinados problemas porque la tiene para nosotros, no porque los clientes o el mercado lo crea así.

Todos nuestros razonamientos han de tener un sentido y una fortaleza lógica que podamos defender en cualquier momento.

La pregunta que nos deberíamos hacer es: ¿hemos dejado llevarnos por nuestros gustos y creencias a la hora de gestionar la información y el conocimiento que tenemos?

8.-Importancia

Tenemos aquí otro punto que posiblemente ya hayamos tratado antes, pero que es importante profundizar.

Ahora, sin embargo, no analizamos sólo la importancia del problema, sino también la de nuestros razonamientos.

Las causas, el problema mismo con sus componentes y las consecuencias, son elementos que, formando una unidad, se pueden analizar separadamente.

Se trata de ver si las causas son las importantes o hay otras más relevantes.

Si las consecuencias van a generar un impacto difícil de gestionar o no.

En suma, se trata de analizar el problema como un todo: a sí mismo y lo que le rodea.

9.-Justicia

En ocasiones la elección de un problema no se produce porque creamos que es importante.

A veces hay una razón personal para elegirlo.

Porque me encuentro más cómodo con este tipo de problemas.

Porque es un problema que me afecta a mí.

Porque es dirección la que lo indica, aunque sepamos que no es un problema relevante.

Hay muchas razones para trabajar en problemas que, en justicia, no deberíamos tratar.

En ocasiones no podemos evitarlo, por ejemplo, cuando lo indica dirección.

Lo que sí es importante es que seamos conscientes de la naturaleza del problema y sepamos las trampas con las que nos podemos encontrar.

Como ves este es un check-list sencillo.

Es posible que sientas que algunos puntos se solapan y que se repiten.

No importa.

Hazlo tuyo, crea un check-list completo partiendo del que te propongo.

El pensamiento crítico no es una cárcel.

Se trata de pensar, no de rellenar puntos.

Procura que tu check-list cubra todas las caras del problema.

Que te ayude a analizar si lo estás haciendo bien o no.

Si tú y tu equipo estáis desarrollando adecuadamente vuestro proceso de selección y gestión de conocimiento.

Lo que sí te recomiendo es que no dejes de analizar los problemas sobre los que trabajas.

Es la base fundamental de tu estrategia de innovación.

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