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Las 3 verdades nunca contadas sobre la cultura innovadora

cultura innovadora
Crear una cultura innovadora es el objetivo final de un responsable de innovación.

Se trata de garantizar el futuro de la organización.

Introducir la innovación en el ADN de la empresa

Y nadie dijo que fuera fácil.

Te presento las 3 verdades que nunca nadie te ha contado sobre la cultura innovadora y que debes tener presente antes de lanzar un programa de innovación.

 #1 No todos los cambios conducen a una cultura innovadora

Durante los últimos 12 meses la pregunta que más me han realizado es la de cómo puedo crear una cultura innovadora y creativa en mi empresa.

Porque estamos hablando de la madre de todas las innovaciones.

La cultura innovadora permitirá que la innovación sea sostenible en el tiempo y así evitar tener que luchar todos los días porque las personas propongan ideas, que están fuera de su trabajo.

Antes de empezar, debes definir qué camino vas a tomar. Porque no todos son válidos.

Hacer proyectos innovadores porque hay subvenciones no genera una cultura innovadora.

Y esto es lo que han hecho muchísimas empresas hasta hace 3 años, cuando se cortó el grifo.

Desde mi punto de vista, existen 3 estrategias diferentes sobre cómo abordar el desafío de crear una cultura innovadora en la empresa:

  • Pilotaje y despliegue progresivo

Esta es quizás la estrategia más tradicional.

La que suelen aplicar muchas empresas, para ir con pasos seguros.

Y la que habitualmente suele aplicar en proyectos de grandes organizaciones, dónde hay que ir paso a paso para ver resultados tangibles que poder presentar a la dirección.

Es la que yo aplico

Contiene 4 pasos:

    • empiezas por la formación,
    • después eliges un piloto, habitualmente el grupo de personas más innovadoras de la organización que puedas tener,
    • con los éxitos del piloto, lo extiendes a otros departamentos poco a poco
    • y finalmente se institucionaliza, para poder hacerlo ágil.

En este post, puedes ver un pequeño video explicativo.

Se trata de una estrategia con buenas probabilidades de éxito, pero con alta carga de costes, ya que requiere implicación intensiva de los responsables de innovación o asesores externos (como yo, por ejemplo), a través de sesiones de capacitación y sensibilización, coaching continuo, etc…

  •  Despliegue masivo

Es una estrategia que puedes lanzar en dos casos:

    • bien en pequeñas organizaciones, donde involucras a todos desde el principio
    • bien en grandes, donde lo que quieres es fomentar el pensamiento colectivo

Se trata básicamente en la creación de un “reto” tipo concurso de forma abierta, en el que cualquiera puede participar con sus ideas.

La clave de este modelo es la comunicación masiva, para asegurar que el reto y su evolución está siempre presente en la mente de las personas.

Por ejemplo, BBVA lo está aplicando actualmente, fomentando el pensamiento colectivo y aplicando el crowsourcing para la votación y mejora de las ideas a través de una red social.

Sin embargo, el principal problema de este modelo es que es muy lento y se puede perder muy rápidamente.

Una vez terminado el reto, a menos que el programa de innovación incluya otras acciones complementarias, las personas se suelen olvidar y no se produce la generación continua de ideas, como un goteo.

  •  Innovación abierta

Es la tercera estrategia para conseguir una cultura innovadora: involucrar a externos en la generación y desarrollo de ideas.

Mi opinión personal es que necesitas estar en alguno de los dos extremos para aplicar esta estrategia:

    • O eres muy tecnológico y requieres altas capacidades de desarrollo de proyectos de I+D y propuesta de soluciones ante retos complejos puntuales (por ejemplo las farmacéuticas o industrias de alta tecnología)
    • O necesitas un ritmo de lanzamiento de productos muy alto y las ideas que se generan dentro de la organización no son suficientes.

En esta estrategia lo que buscas fundamentalmente es agilizar la innovación y mejorar la calidad de las ideas, porque involucras a personas que tienen el conocimiento técnico suficiente del tema pero no están obsesionado por él.

El inconveniente principal de esta estrategia es que el conocimiento se queda fuera. Es complicado generar una cultura innovadora si las ideas vienen de fuera.

Es necesario la involucración de los equipos internos y el trabajo conjunto con los colaboradores externos.

#2 El proceso no es fácil: Indicadores básicos para mantener el rumbo

Para mí hay dos indicadores críticos que miden la cultura innovadora de una organización:

  • Número de ideas propuestas

A mayor número de ideas, mejor. Aunque el valor real a seguir es la evolución temporal: si aumentan, se mantiene estable, si hay picos…

Lo habitual es encontrar picos en momentos puntuales, por ejemplo después de sesiones de sensibilización o en el lanzamiento de un reto.

Pero lo que debemos buscar como responsables de innovación es que la entrada de ideas sea continua, como un goteo.

No vale generar 300 ideas en un braistorming y luego hasta la siguiente sesión a los 6 meses, nada.

  • % de personas que proponen ideas

Este es el número de calidad real. En todas las organizaciones hay personas más creativas que otras. Y son los primeros que se lanzan a proponer ideas cuando se propone un reto o se organizan sesiones de creatividad.

La cultura innovadora se consigue cuando la inmensa mayoría de las personas de la organización proponen ideas, porque lo sienten como algo natural de su trabajo.

Una tarea más.

Como revisar el correo electrónico o asistir a reuniones.

Pero sin duda, es lo más difícil de conseguir.

Por eso, es importante seguir este indicador enmarcado en el grupo de personas con el que estemos trabajando, independientemente de la estrategia que hayamos elegido: un grupo piloto, varios departamentos, toda la organización o equipos externos.

#3 La pregunta final que te hará el Comité de Dirección

Sin embargo, el Comité de Dirección quiere resultados. Cómo impacta la innovación en los resultados de la empresa.

Así que te hará una pregunta con muy mala leche

Todo eso está muy bien, pero ¿de qué nos sirve lo que estamos haciendo?

Así que, en base a mi experiencia y lo que me han ido pidiendo los directivos en los diferentes proyectos que he realizado, te sugiero que una vez lanzado el proyecto de desarrollo de la cultura innovadora, empieces a controlar dos indicadores muy interesantes:

  • Número de ideas implantadas por persona

Si las ideas se generan pero no se llevan a la práctica, será complicado que la cultura innovadora vaya avanzando.

  • Valor (ingresos de nuevos productos o ahorros de coste) generados por las ideas internas propuestas

Con este valor medimos el impacto económico real de la cultura innovadora en la organización. Algo que siempre quieren medir los directivos.

La estrategia que quieras aplicar dependerá del punto de partida en el que estés como organización.

Y una forma muy interesante de conocerlo es participar en el primer estudio de la cultura innovadora que se realiza en España por la Asociación Española de la Calidad y en el que Innolandia.es es colaborador oficial.

Sólo tienes que inscribirte en este LINK.

Tienes de plazo hasta el 31 de octubre.

¿Qué estrategias utilizas en tu organización para conseguir una cultura innovadora? Te sigo en el hilo de comentarios.

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