Último post sobre la experiencia en #innolandiaperu.
Desgraciadamente, no pude quedarme al último día del Congreso de Innovación Aplicada a la gestión del agua y la energía hidroeléctrica en Lima, por problemas de agenda en España.
Fue un día con diferentes mesas redondas para llegar a conclusiones. Quizás la más importante es la decisión firme por parte de Carelec de crear el Instituto de la Innovación en la Energía en Perú.
Es una diferencia importante en el resultado de los congresos. En muchos en los que he estado, se acaba con un listado de conclusiones, con muy buenas intenciones, pero que falta concretar: poner responsables, plazos y fechas. En este caso parece que va en serio. Se ha firmado con Acta de Intenciones y se ha asignado responsables.
Desde Innolandia.es estaremos a su disposición para apoyar este proyecto importante, que además está destinado a generar riqueza en Perú.
A nivel personal, estoy muy agradecido de que varias de mis modestas sugerencias y aportaciones se recogieran en el documento de conclusiones: la necesidad de crear un ecosistema de innovación colaborativo en el Perú, que les permita escalar puestos en el ranking mundial de la innovación y la necesidad de trabajar con un sistema de gestión de ideas para identificar los proyectos con mayor potencial.
Así que el miércoles a las 10 de la mañana salí para Madrid, en vuelo de 12 horas. Llegamos a la capital a las 5 de la mañana y después, a las 9, AVE hasta Alicante. 20 horas de viaje, pero mereció la pena #innolandiaperu.
Para terminar, un par de curiosidades relacionadas con la innovación en servicios:
– En Lima, rellené dos cuestionarios de satisfacción al cliente y en ambos, la primera pregunta era ¿está usted satisfecho con el nivel de seguridad ofrecido?. Algo que en España no aparece. Conclusión: Los indicadores de calidad de servicio deben orientarse a medir aquellos criterios que el cliente valora en el lugar en el que se presta el servicio y no solo la calidad técnica (rapidez, fiabilidad…)
– En Madrid, pude estar conectado a diferentes redes de wifi públicas (unas de pago y otras gratuitas) desde que bajé del avión hasta que salió el tren para Alicante: wifi en el aeropuerto de Barajas, en los autobuses de la EMT, en la estación de Atocha y en la cafetería donde desayuné. Un claro ejemplo de #smartcities, en las que se permiten nuevas soluciones y experiencias al visitante y viajero, aprovechando las TICs, en un mundo que necesita Internet para su día a día.
Seguimos innovando!


