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Aprendizajes curso 24-25: Un año movidito

El 12 de junio íbamos a tener nuestra paella anual en Alicante, con todo el equipo. 

Pero por diferentes motivos de salud que coincidieron en el tiempo, tuvimos que hacerlo híbrido. 

Juan y Santi conmigo en Alicante, el resto del equipo en Zoom. 

Para mí fue quizás el encuentro estratégico más necesario de los 5 años que lo llevo haciendo. Porque ha sido un año movidito. 

Mucho. 

Y en ese encuentro nos obligamos a parar. Levantar la cabeza. Mirar atrás y ser conscientes de todo lo conseguido. 

Porque este año he tenido la sensación en muchos momentos, que íbamos pasados de vueltas. Además creo que no soy solo yo. 

Escribí un artículo en el VIP sobre esto y varias personas me enviaron whatsapp diciendo que les resonaba. 

Todo va muy deprisa. No paran de entrar nuevos inputs. Todo es para ayer. Y el cerebro hay un momento en que peta. 

Quizás, por eso también he estado procrastinando el post. Pero aquí está. 

Pero como dice Ana de Frozen, hay hacer “the next right thing”.

Un paso detrás de otro. 

Aunque duela. 

Para mí, esto un ejercicio de reflexión personal, como muchos de los posts del blog. 

Si te sirve de algo, genial.

Los grandes números

Este párrafo lo repito todos los años. Necesito recordarme el para qué hago todo esto. 

Innolandia es un vehículo de ingresos para mi familia. Mis accionistas son mi mujer Henar y mis hijos Lucía y Andrés. Ante ellos tengo que rendir cuentas. Económicas y en tiempo de dedicación. 

No sirve de nada nadar en billetes de euros si luego no puedo llevar a los niños al basket o comer los viernes en un japo con Henar. 

Vamos con los números del negocio. 

  • Después de 3 años de crecimiento salvaje, casi de nivel start-up, este curso se ha moderado. La facturación ha crecido un 12% anual. 

  • Sin embargo, la rentabilidad, que es el foco de Innolandia, ha caído un 30%. Hemos tenido varios proyectos complicados en el T3 2024, que nos han lastrado el resto del año, incluso afectando a la tesorería. 

  • Hemos ayudado a 58 equipos de innovación (2 menos que el año pasado) en 50 proyectos. Tras la locura de la #InnovaciónAumentada, hemos vuelto a números más razonables, con 41 clientes

  • Se mantiene la tendencia en ayudar a nuestros clientes los proyectos de diseño y validación de nuevos productos (35) y nuevos procesos (16). Hemos trabajado en 8 equipos implementando sistemas de innovación y hemos creado ya 2 nuevas aceleradoras corporativas de proyectos de IA Generativa. 

  • La #InnovaciónAumentada ya supone para nosotros el 30% de nuestra cifra de negocio. Este año hemos formado a 380 alumnos en 25 cursos. 20 in-company y 5 abiertos: 3 IA Sprints y los nuevos Reaprender a innovar (con nuestro avatar de IA Atenea) y el IA Project. 

En cuando a los contenidos, sigo con mi escritura compulsiva. 

Como hablaba en la presentación de Re-aprender en Barcelona con Xavier Ferrás y Óscar Juliá, “escribo para entender el mundo y aprender”. 

Este post es parte del ejercicio.  

  • La mayor parte del tiempo lo he dedicado a escribir en Innolandia VIP, mi newsletter de pago sobre innovación. He escrito 38 posts y 2 webinars sobre 48 semanas disponibles. Posts sobre herramientas y buenas prácticas para el día a día de la innovación. Hemos tenido 3 invitados en el VIP: Óscar JuliáIrene Hompanera y Ana Poveda

  • De todo este contenido, han salido 2 nuevos cursos por email: Proyectos de innovación tecnológica y Running Lean.  

  • Además, otros 53 microposts de los lunes, empezando a escribir los jueves. Breves historias inspiradoras sobre la innovación que reciben todos los suscriptores gratuitos. Además, mi compañero Carlos ha empezado a encargarse de los jueves. 

  • En el blog hemos publicado 4 posts, cada vez menos. 3 del equipo y 1 mío (el resumen anterior). Aunque hemos publicado otros 4 más en otros medios: EMURIAtlas Tecnológico y Sintetia.

  • Aunque quizás lo más interesante han sido los estudios que hemos publicado. Por supuesto hemos contado con la ayuda de la IA para analizar la información. 
    • Y desde mayo tenemos disponible nuestra guía de “Innovación Aumentada”, 22 páginas con todo lo que necesitas saber sobre cómo aplicar la IA en procesos de I+D+i. 
  • Para terminar, he tenido la oportunidad de participar en diversos webinars y charlas fuera de la comunidad de Innolandia. 2 presentaciones en el #Collaborate Santander de Atlas Tecnológico, donde conté nuestro viaje hacia un nuevo modelo de negocio apalancado en la IA.

Y para terminar algunos hitos añadidos:

  • Tras el baby boom de verano (2 bebés en julio y agosto), pudimos estabilizar el equipo. En enero se incorporó Carlos González, para ayudarme con la estrategia de Escalado Digital. La hoja de ruta para escalar Innolandia sin contratar consultores. Innovación en modelo de negocio, que te explico más abajo. 

  • Estamos trabajando junto a Pablo Peñalver en un proyecto para fomentar el emprendimiento sobre sostenibilidad para alumnos de Formación Profesional. 

Ahora que ya tienes todo el contexto, vamos a lo realmente interesante. Cómo nos hemos aplicado nuestra propia medicina. 

La innovación en Innolandia 2024-25

La semana pasada el gerente de una pyme de ingeniería muy interesante me preguntaba que cómo podían innovar ellos, si eran pequeños y además de servicios. 

Saqué el móvil y le enseñé esta gráfica. 

Porque innovar no es cuestión de tamaño (que siempre ayuda), sino de actitud. 

Estos son nuestros números. 

innolandia

Hemos dedicado el 23% de nuestras horas a trabajar en proyectos de innovación de nuevos productos, servicios o procesos. Baja el porcentaje respecto al año pasado, porque hemos aumentado nuestra capacidad. 

La incorporación de Carlos a partir de enero ha sido un empujón para acelerar el modelo de innovación ágil. 

Mientras Carlos y yo nos dedicamos más a la parte exploratoria, Angie ha participado en 2 proyectos con el Instituto Tecnológico de la Informática de Valencia (RAG y COMPASS) y junto a Andrea han ido ajustando nuestro programa de cursos de #InnovaciónAumentada. 

Innovamos porque es nuestra forma de trabajar. No es un añadido. Aplicamos las novedades y tecnologías a nuestros servicios continuamente. 

Quizás no somos todo lo ortodoxos que deberíamos, pero estamos en ello. 

Tenemos vectores, un funnel, hacemos ciclos de experimentos con sus fichas y todo.  

Este año hemos realizado hasta 20 experimentos en 9 proyectos diferentes. Vamos tan acelerados que a veces no registramos correctamente.  

Pero hemos lanzado los cursos IA Project y Reaprender a innovar, el Fase 0 para diseñar proyectos utilizando la IA, hemos explorado la captación de suscriptores con pago y estamos trabajando a tope en una metodología de uso de la IA para innovación.

El ciclo de vida de los servicios es muy corto, así que hemos balanceado hasta dedicar el 51% dl tiempo a explorar nuevas oportunidades, mientras el 49% a escalar lo que ya teníamos. 

Como te decía más arriba, innovar en Innolandia no es discutible. 

Después del subidón del año pasado, donde el 42% de los ingresos venían de innovaciones de menos de 3 años, nos mantenemos en un 36%. Es lo que puedes ver en la línea roja. 

30 puntos se refieren a productos y servicios de IA generativa. Solo 6 puntos a otro tipo de servicios. 

Poco a poco vamos evolucionando hacia un modelo de negocio que depende menos de las horas. Este año hemos batido récord de facturación por infoproductos (cursos abiertos o Do it your self, vendidos online o entregados automáticamente). Ya supone el 12% del total. 

Y estamos trabajando en algo muy muy loco. En otoño, más noticias. 

A nivel de procesos internos (incluido la planificación y gestión de proyectos con clientes), hemos mejorado la productividad, en tareas / personas / semana en un 5%. 

Y hemos reducido el tiempo de entrega hasta que el 90% de las tareas las ejecutamos en una semana. El tiempo es un 40% menor que antes de empezar a utilizar la IA. 

No hay secretos. Solo una combinación que funciona: Sistema + IA. 

Tenemos un modelo de gestión basado en Kanban que funciona como un reloj, pilotado por Andrea y ya aplicamos la IA en el 95% de nuestros proyectos con clientes. 

Quizás el reto es encontrar (y medir) el uso de la IA en procesos internos. 

Iremos mejorando. Porque lo realmente importante es que seguimos aplicando nuestra propia medicina. 

This is the way. 

Lo mejor del año

Definitivamente hay 3 momentos que me vienen a la memoria y que son el reflejo de situaciones más profundas. 

El 8 de abril celebramos nuestro primer evento presencial organizado por nosotros.

Fue en Barcelona, ESADE, donde 13 de nuestros clientes participaron en lo que bautizamos como aquelarre de innovadores. 

Cuando Xavier Ferrás me invitó a que hiciera la introducción del evento, me sentí raro. Era la primera vez que lo hacía en presencial. Muchas veces en webinar. 

Pero así, sin la protección de una pantalla, sintiendo los ojos y la respiración de 15 personas que confían en ti.…

Durante mis 24 años de experiencia profesional he participado en cientos de charlas y ponencias. Siempre como participante, ponente o como quieras llamarlo. Y me presentaban a mí. 

Pero ese día era yo el que tenía que explicar por qué montamos el aquelarre. 

Solo encontré una respuesta. 

Era nuestra manera de celebrar la innovación. 

Con personas a las que realmente aprecio personalmente y admiro profesionalmente (y lo sabéis). Simplemente celebrar que somos unos frikis de la innovación y nos gusta juntarnos a compartir nuestras cosas. 

La mitad de los que asistieron movieron sus agendas profesionales para dejar hueco al aquelarre. Daniel Sineiro volaba directamente desde Corea :-O

Para mí fue muy especial. Como decía en el post de Linkedin donde lo contaba

Soy un acróbata con sueños en la cabeza, que pudo dinamizar un taller de innovación en una de las mejores escuelas de negocios del mundo, con mi maestro Xavier Ferrás. 

Y que un grupo cracks de la innovación de nuestro país me cantaran el cumpleaños feliz en una terraza desde la que se veía el skyline de Barcelona nunca entró en el plan de negocio de Innolandia.

Pues eso. 

Un día estaba comprando en Carrefour y me paré en un lineal. 

Cogí un producto, le hice una foto con el móvil y se la mandé a Andrea por whatsapp. 

Le escribí: Flípalo!!!

Era un producto en el que habíamos participado en su creación y ahí estaba. Con una etiqueta de “Producto innovador”. 

Habíamos trabajado meses antes con un fabricante de productos de alimentación haciendo un Design Thinking para crear nuevos conceptos.

Llegamos a desarrollar 9 prototipos en laboratorio, de los que el Comité de innovación seleccionó 4 para testar en máquina de producción.

Ahí terminó nuestro proyecto. Y pasamos a otra cosa con ellos. 

Y de repente, meses después me encuentro el resultado en el mercado. 

Ese subidón de dopamina no creo que haya drogas que lo puedan igualar. 

Porque trabajar en innovación es muy jodido. Hay trolls por todas partes y muy pocas veces puedes ver el impacto real de todo el trabajo de forma tan clara. 

Este año he estado atento a identificar cuál es nuestro impacto en la vida de nuestras “Lauras”, los profesionales de la innovación a los que ayudamos. 

Y en la presentación que preparé para el encuentro del equipo, identifiqué cuatro tipos de impacto en los que ayudamos:  

  • Construir nuevos productos y procesos innovadores
  • Hacer la innovación sistemática y repetible
  • Dinamizar la innovación
  • Explorar y aplicar herramientas prácticas en su día a día de forma autónoma

Por eso, cuando un director de innovación me dice “Ángel he utilizado tu libro Manual mínimo viable de innovación para organizar mis clases de innovación en un máster”, pues te das cuenta que sí, que nuestro trabajo tiene impacto. 

Cada 3 meses intentamos hacer una sesión de “Retrospectiva” de cómo funcionamos como equipo. 

Y este año ha cambiado algo. Siempre aparecía que Ángel era un cuello de botella. 

Hasta este año. En el que ya no aparece. 

El equipo es capaz de funcionar sin mi dependencia, porque tenemos un sistema que funciona: tableros Kanban y ciclos de revisión semanal, mensual y trimestral. 

Metodología clara de proyectos para apertura, delivery y cierre. Canales de comunicación internos. 

Todo esto es la parte de explotar el negocio. Andrea está haciendo un trabajo espectacular como porfolio manager y Angie pilota toda el área de programas de #InnovaciónAumentada. 

Santi y Juan gestionan sus proyectos y equipos sin problemas. 

Así que estoy viviendo una sensación extraña, la de no tener que estar encima de todo. Y saber que va a salir bien. Una oportunidad para dedicarme a diseñar cosas nuevas y escribir. 

Mucho. 

Lo que tengo claro es que no dejaré de hacer proyectos, porque realmente es donde disfruto. Y sobre todo donde aprendo. 

Lo peor del año

Este título ya salió el año pasado y es recurrente. 

El trabajo me afecta a la salud. Porque Innolandia es un proyecto personal. 

De hecho tuve un incidente bastante feo con un competidor y me lo tomé por lo personal. 

Y eso es algo que, cuando eres fundador, no lo puedes evitar. Es complicado explicarlo a personas que no han vivido esta situación. 

Lo que se trata es de minimizar el impacto. 

He seguido con los problemas de cervicales que me explotaron el año pasado, con el punto crítico en enero, donde tuve que tomarme 1 semana de baja por cervicalgia aguda. 

He estado yendo a sesiones semanales de fisio desde enero hasta final de mayo. Me he comprado una mesa elevable. 2 almohadas cervicales. Tengo un reloj en el portátil para levantarme cada 30 minutos. 

Y todas las mañanas hago ejercicios para fortalecer el cuello y la espalda. Como dice mi madre, voy a tener el cuello para partir nueces. 

El punto positivo es que, desde abril, se han reducido los dolores. 

Y los hábitos de ejercicio y comida más saludable están teniendo efecto en la analítica. 

Hay que seguir. 

Con toda la basura que está saliendo en prensa, leí varios hilos en Twitter sobre “el camino del dinero te lleva a perder la cabeza”.

Y este año me ha pasado un poco eso.

Siempre he pensado que el dinero, los beneficios, son una consecuencia de hacer las cosas bien. 

Ayudamos a clientes a innovar y como consecuencia, nos contratan y nos pagan. 

Y como me dijo el CEO de uno de ellos “cliente satisfecho, repite siempre”.

Bien. 

Pues el problema ha sido que me he obsesionado con las métricas financieras del negocio, en lugar de centrarme en el valor. 

Time to tomb, meses de cobertura de proyectos, de ofertas. Todo relacionado con el dinero. 

Que sí. Que una micro empresa tiene que tener super controlado el dinero del banco, pero no puede ser lo único. 

Y hubo un momento en que me obsesioné, me puso una nube negra en la cabeza y tomé decisiones equivocadas. Además de mal humor y tensiones de cervicales. 

Por eso para el 25-26, hemos modificado los indicadores que vamos a seguir, para intentar volver a poner el foco en el cliente y el valor que le aportamos. 

La semana pasada escribía en el VIP que estamos sufriendo nuestra propia disrupción. 

El 90% de nuestros clientes (y suscriptores) nos han conocido a través de Internet, por búsquedas en Google. 

El problema llega cuando aparece la IA. Personas que utilizan ChatGPT para búsquedas. O que no hacen click en los enlaces porque les vale el resumen de IA que les ofrece Google.

Se llama el Zero click search y es una disrupción salvaje. 

Lo que tengo claro es que la solución no es quedarse quieto como una rana hervida, sino dar el salto y aplicar la innovación para superar esta disrupción.

Estamos en ello. 

Hasta aquí por hoy. 

Me quedo con la parte positiva. Ha sido un año de consolidación, porque llevábamos un ritmo insoportable. 

Quizás sea bueno. Volver a niveles más naturales. Más orgánicos. 

Porque el objetivo no es crecer exponencialmente. No queremos ser una empresa gacela. 

Mejor una boutique que ayuda a sus clientes a innovar. 

Buen verano!. 

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