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Mi visión personal sobre la consultoría artesana

Hace tiempo que no escribo públicamente mis reflexiones sobre Innolandia.

Hoy toca

No hay motivo aparente

Quizás es el resultado del tiempo.

La paciencia de pensar.

Más allá de que de verano hasta ahora se han ido acumulando en mi cabeza diferentes ideas, sobre mi modelo de negocio en Innolandia.

Muchos garabatos en papel, muchas conversaciones con clientes y sin embargo amigos, comentando mis dudas e ideas

Y poco a poco, el puzzle iba tomando forma en este post.

Hoy quiero contarte por qué trabajo como lo hago y cómo este modelo puede tener cierto encaje en la categoría de consultoría artesana.

 

Un poco de contexto

 

Desde hace años sigo a Julen Iturbe, quizás el padre del concepto de la consultoría artesana. 

Yo creo que cuando dirigía el centro tecnológico ya leía su blog, y eso fue por el año 2009. 

Era cuando me introducía en el mundo de la consultoría y me fascinaba formas diferentes de hacer. Donde tan importante es el qué como el cómo.

Julen habla siempre del libro “El artesano” de Sennet (aún pendiente de leer), como el punto de partida e inspiración del concepto de consultoría artesana.

Yo particularmente, me quedo con una frase

“El artesano le da un carácter personal, único a cada trabajo que hace”

Si quieres saber más sobre los orígenes, tuve la oportunidad de entrevistar a Julen en el congreso #ConsultoresDigitales que organicé el verano de 2018.

 

 

Luego descubrí a gente tan interesante como Juan Sobejano, José Miguel Bolívar, Juanjo Brizuela o Amalio Rey, todos miembros de la Red de Consultoría Artesana REDCA.

Como dice Juanjo en la presentación de la nueva marca de REDCA, se trata de un poliedro, diferentes formas, visiones y colores, donde cada uno encuentra su lugar, pero caracterizado por unos valores y formas de hacer diferentes a la consultoría industrial.

REDCA es más una comunidad de práctica que no un equipo o red productiva, que explica Bolívar, en el que comparten determinados valores.

Algunos de ellos he tenido la suerte de entrevistarlos en el blog. 

La influencia de la consultoría artesana

 

Quizás de tanto leer sus blogs, porque todo se pega, mi forma de trabajar está muy influenciada por la consultoría artesana. 

Me siento muy cómodo con ella.

Por eso, alguno de los dilemas que me han tenido dando vueltas durante los últimos meses, estaban relacionados por cómo afrontaba, sobre todo el crecimiento de Innolandia.

Así que he recopilado mis notas en 7 puntos sobre cómo creo yo que encajan mi forma de trabajar con los valores de la consultoría artesana.

 

Reflexiones personales sobre la consultoría artesana

 

#1 Estar orgulloso de mi trabajo, la impronta personal

 

Como te decía antes, este es para mí uno de los rasgos identificativos con el que intento trabajar.

Cada trabajo es único y personalizado. No se trata de tunear la solución con los colores del cliente. Se trata de entender el contexto del cliente y diseñar y adaptar soluciones a SU problemática.

Las personas que han trabajado conmigo lo saben. Trabajo de una determinada forma. Con mis virtudes y defectos. Pero es la mía y que comparto con personas de mi equipo.

 

#2 Trabajamos con personas

 

La consultoría se basa en las relaciones personales. Es pura confianza y química.

Hace un tiempo rompí un contrato con un cliente porque no había química. Y perdí dinero. Pero no me arrepentí.

Entiendo mi trabajo como una forma de ayudar a otras personas a innovar. No a una empresa o a una organización. Sino a Laura, Marta, Luís o Mari Carmen. 

Porque los que aplican la innovación son las personas. Es un enfoque claramente humanista centrado en las personas, donde la tecnología sólo es una herramienta más.

Puro Design Thinking 

 

#3 Nos gusta nuestro trabajo

 

Pues sí. Hay personas que van a trabajar porque no tienen otra opción.

Yo me lo paso bien trabajando. Ojo, no quiere decir que no tenga picos de estrés y agobio (que los hay, como cuando escribo este post).

Sino que disfruto aprendiendo con los clientes, estableciendo relaciones y co-creando con ellos. Y por supuesto, pensando en frikadas varias, nuevas soluciones radicales con las que poder ayudarles.

Pronto os presentaré a Lucy ?

 

#4 Colaboramos de forma abierta

 

La colaboración abierta de la #REDCA se basa en los blogs de los integrantes. Compartiendo reflexiones, metodologías y proyectos.

En Innolandia llevo casi 500 posts, además del podcast en vídeo el Día a Día del Innovador.

Y es algo que no me cuesta. Mucha gente me lo pregunta ¿realmente cómo lo haces?

Pues porque me gusta escribir y compartir cosas. Luego, claro está, hay cierto método y mucha mucha práctica. Pero como en todo.

Es muy agradecido recibir mensajes, sin pedirlos, de personas que te dicen que han podido utilizar alguna de las herramientas que comparto de forma abierta en los posts y que han avanzado en sus procesos.

 

#5 Trabajamos en red

 

En otro post hablaba sobre la disrupción en el sector de consultoría, a partir de un estudio del profesor Clayton Christensen. Surge el modelo de las redes de pequeños consultores, que son capaces de competir con los grandes.

En el blog colaborativo de #REDCA se habla del concepto de “proyectos a lo Hollywood”, donde para cada cliente, para cada proyecto, puedes acceder a tu red (en diferentes grados de proximidad) para montar un equipo de consultores a medida.

Gente que sea experta en diseño, en experimentos, en TICs, en empatía…

Donde puedas compartir tus recursos, herramientas y conocimiento e integrar el de otros. 

Así en Innolandia tengo una parte de la red “estable”, con la que gestionamos el día a día y otra más a medida de proyectos, como Grupo Enfoca o Néstor Guerra.

 

#6 Nos relacionamos con los clientes de forma no invasiva.

 

Esta es una de las áreas en las que más he pensado en los últimos meses. 

El 80% de mis clientes me llegan a través del blog. Personas que tienen un problema, y alguno de mis artículos les parece interesante. Entonces piensan que, quizás les puedo ayudar.

El 50% repite habitualmente, en proyectos de innovación. Un área que tiene muy marcados los puntos de inicio y final, así que estoy contento.

Algunos compañeros me proponían hacer campañas más agresivas para crecer más. Incluso publicidad online (sí, yo también he probado la pizza). 

Pero cuando las he redactado, me he sentido incómodo. Siempre he dicho que yo no vendo, sino que me compran las personas que tienen un problema y confían en mí. 

Pero este modelo genera una sensación de incertidumbre continua, de la que también he escrito por aquí

Ahora quizás, he encontrado el punto intermedio. 

 

#7 Democratizar el acceso al conocimiento.

 

Creo que fue en un café con Amalio Rey y Juan Sobejano cuando compartí mi visión sobre el modelo DIY de empaquetar conocimiento.

Para mí democratizar el conocimiento consiste en que esté accesible. De ahí, a que sea todo gratuito, es opinable. 

Yo creo que, como consultores, vivimos de monetizar nuestro conocimiento. 

Y una forma de hacerlo es “empaquetar” el conocimiento para que otros lo puedan aplicar a precios asequibles.

¿Es esto consultoría industrial? Yo creo que no. 

De hecho en Innolandia hemos dado un paso más y estamos creando “playlist” para cada cliente de las más de 100 píldoras online que tenemos.

Una vez más, se trata de sentirse orgulloso del trabajo realizado. De la huella personal que le damos, diferencial.

Y eso es por lo que sí, a mi manera, me considero un consultor artesano.

 

Un comentario

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