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Se acabó el café para todos: prioridades de innovación de las Comunidades Autónomas

Artículo publicado originalmente en Sintetia.com

Ahora que estamos en temporada electoral, es interesante echar un vistazo hacia dónde apuntan nuestros políticos las estrategias de innovación regionales.

Es curioso que, quitando la propuesta de Ciudadanos sobre su política de innovación, este tema no ha entrado en campaña. Y de hecho la polémica con ciudadanos fue por eliminar las inversiones en infraestructuras de AVE más que por en qué y cómo se iban a aplicar para el cambio de modelo económico.

A nivel autonómico la situación tiene algunas diferencias, básicamente porque la mayoría de los fondos de innovación han estado llegando de Europa.

En 2012, la Comisión Europea se planteó darle la vuelta a la estrategia de innovación.

Una de las palancas clave en este cambio es la estrategia RIS3, que significa Regional Innovation Strategy for Smart Specialization o estrategia de especialización inteligente.

Este cambio profundo en las políticas de innovación en la UE está orientado a la consecución de los objetivos europeos del 2020 y complementa el programa Horizonte 2020 para la I+D.

Y ahora tras las elecciones es cuando vamos a ver realmente su aplicación en nuestras regiones.

 

¿Qué es la estrategia RIS3?

De acuerdo al documento base de la Comisión Europea,

El objetivo es invertir en investigación, innovación e iniciativa empresarial en todos los Estados miembros y regiones de la UE, así como en el máximo aprovechamiento del potencial de Europa

La estrategia RIS3 está dirigida por la Dirección General de Política Regional de la Comisión Europea y afectará al reparto y distribución de fondos FEADER en los programas regionales y nacionales. Así que este cambio tiene más calado del que parece.

A ver, no es que los señores funcionarios de Bruselas hayan descubierto la rueda, porque ya en el siglo XVII el economista David Ricardo hablaba de la necesidad de la especialización entre los países, para obtener mayor valor de sus productos en el comercio internacional.

Si hablamos de recursos, valor y mercados internacionales (porque los fondos europeos no deja de ser un enorme mercado internacional), el ejemplo se puede reaplicar en el siglo XXI: si los territorios se especializan, serán capaces de obtener mayor valor de sus productos y servicios en los mercados internacionales.

Pues parece que se han dado cuenta que la especialización en determinadas industrias es más beneficiosa para un territorio (y para el conjunto del país o de Europa) que la diversificación indiscriminada de múltiples sectores.

Y si luego en el análisis del reparto de los fondos en el periodo 2007-13 la propia Comisión se da cuenta de que no siempre se han dedicado correctamente, pues tenemos el campo abonado para el cambio de estrategia. Se acabó el café para todos y el reparto de fondos indiscriminados. Bienvenidos a la competición entre regiones.

¿Cómo funciona la política RIS3?

En mi opinión, RIS3 es un ejercicio que era imprescindible en Europa.

Un ejercicio de autorreflexión regional sobre qué queremos ser de mayores y cómo podemos ser competitivos a nivel global.

Es un plan estratégico industrial en toda regla para cada una de las regiones y que además, su correcta realización llevará condicionada la entrega o no de los fondos FEADER a las regiones. Si no has hecho el plan, no tendrás fondos (la llamada “condición ex-ante”).

Las prioridades son los sectores clave de la región, en base a sus capacidades y mercados objetivos. Pueden ser tradicionales o emergentes, pero es una apuesta. Aquellos en los que quiere que vayan destinados los fondos estructurales para potenciar los programas de I+D+i.

Y esto no es una broma, ya que en regiones avanzadas (y la mayoría de las españolas lo son), el 80% de los fondos FEDER tendrán que ir destinados a las áreas definidas como críticas.

Y para cada sector clave se debe definir un mapa tecnológico de I+D+i, identificando aquellas tecnologías o capacidades más adecuadas para innovar en estos sectores y competir a nivel global.

Así que con este ejercicio, la capacidad de decisión de los gobernantes que salgan en las próximas elecciones autonómicas será en el cómo pero no en el qué se financia.

Y el cómo es tan importante como el qué, para arrastrar inversión en innovación empresarial privada, generando efectos multiplicadores.

Pero eso lo hablaremos otro día.

Destripando las prioridades de innovación de las regiones españolas

Vamos a hacer un breve análisis de las prioridades en innovación de las regiones españolas, y para ello he utilizado la base de datos de RIS3, con la herramienta Eye@RIS3, con los datos disponibles el 10 de mayo.

Es posible que haya regiones que no hayan actualizado la información en el observatorio europeo, pero esto es de momento lo que hay registrado.

1)      La foto general

Se han presentado 142 líneas de especialización inteligente, que debían orientarse hacia las prioridades europeas. El dibujo queda así:

Según los datos, el 60% de las líneas de especialización inteligente de las regiones españolas encajarían con “Innovación sostenible” (26%, cajón de sastre), “KETs” (tecnologías innovadoras habilitadoras, transversales como bio, nano, eco, que se aplican a todos los sectores) y “Salud y seguridad pública” (15%).

Como primera conclusión parece que las regiones apuestan por las tecnologías avanzadas a sus capacidades propias, mientras que el sector en el que España podría colocarse como líder europeo y por qué no mundial es en el de la salud pública.

2)      Capacidades de las regiones españolas

Un segundo nivel de análisis es cuáles son las capacidades para innovar con las que cuentan las regiones españolas. Y el resultado es, cuando menos, sorprendente:

Casi el 40% de las capacidades de futuro de las regiones españolas se basan en la industria y la fabricación.

Sinceramente, como dicen los fundadores de esta casa, permítanme que dude seriamente de aplicabilidad de estos análisis, cuando España tiene el 70% de su PIB basado en el sector servicios.

De la noche a la mañana es imposible cambiar todo el sistema productivo de una economía de servicios a una industrial.

Otra cosa es que desde las regiones se quiera apostar por inocular innovación en la industria para crear ecosistemas potentes. Y los ecosistemas necesitan del impulso de la Administración para empezar a rodar.

Es necesario. Corea del Sur lo ha hecho en 10 años. Pero tendremos que pedir a nuestros gobernantes que se comporten como adultos y hagan políticas de estado (o región) a largo plazo. Y tenemos un caso de éxito en casa: el País Vasco.

Sí que tiene más sentido a corto plazo que las siguientes capacidades sean en TICs, Agrofood, energía, sanidad y turismo, dónde España tiene posiciones de referencia a nivel mundial, y que ya aparecían como claves en un informe del Consejo para la Competitividad hace un par de años. Y dónde se tendría que continuar invirtiendo.

3) Las prioridades industriales

En un último nivel de profundidad, podemos ver cuáles son las prioridades industriales por las que apuestan las regiones españolas:

Casi el 50% de las prioridades industriales se encuentran en el sector de automoción, biotecnológica y alimentación.

Ojo, porque es una combinación muy interesante: un sector con inversión extranjera, un sector con productos propios de calidad y un sector emergente basado en el conocimiento. ¿Quizás sea esta nuestra especialización como país?

La automoción y alimentación, quizás los dos sectores industriales más potentes e internacionalizados apuestan por reforzar la inversión en innovación.

En estos dos sectores hay grandes empresas y multinacionales, pero también muchas empresas auxiliares, que a fuerza de trabajar en estas cadenas de valor, se han incorporado al carro de la innovación. Y es ahí donde, en mi opinión, se debe centrar la financiación pública a la innovación.

A partir de las empresas tractoras de estos sectores, se va “forzando” la innovación en las empresas auxiliares. Ejemplos claros son las fábricas de automóviles o incluso Mercadona, cuyos interproveedores invierten el triple en innovación que la media de las empresas españolas.

Y un sector emergente como el biotecnológico, basado claramente en el conocimiento y que puede servir como palanca de innovación a otros (es un “KET”). Existen ya varios hubs de innovación biotecnológica en el mundo. Pero, ¿por qué no apostar por crear algún hub internacional en nuestro país?

Conclusiones

Unas últimas líneas para reflexionar sobre hacia dónde van las regiones, que puedan servir de orientación hacia nuestros futuros gobernantes regionales:

  • Las regiones españolas, apuestan por la innovación sostenible y desarrollar capacidades avanzadas y habilitadoras (KETs), transversales a muchos sectores. Es decir, desarrollar conocimiento. Nos falta ayudar a las empresas a integrar ese conocimiento en su día a día.
  • La mayoría de las regiones apuestan por aplicar innovación en aspectos relacionados con la salud pública y la seguridad de las personas. Sería interesante hacer una política general de país para convertirnos en líderes mundiales, tal y como defendí en otro artículo en esta casa.
  • A nivel empresarial, el foco de las políticas de innovación regional se orientará hacia el sector industrial. Y dentro de este en las empresas auxiliares de las cadenas de valor de los sectores de automoción, biotecnología y alimentación.
  • Otros sectores relevantes a reforzar el esfuerzo y las políticas en innovación son TICs, sanidad, energía y turismo.
  • Por último alguien tendría que plantearse hacer un análisis global (sirva este humilde artículo como punto de partida) para aprovechar sinergias. ¿Qué sentido tiene crear 3 hubs de biotecnología en España cuando en toda Europa hay dos?

Como decía al principio, desde mi modesto punto de vista, lo más importante es que hemos decidido qué queremos ser de mayores.

Es una apuesta y las inversiones deben ir orientadas hacia ser líderes en las prioridades marcadas.

Y olvidarse del café para todos, que, aunque puede asegurar unos votos por clientelismo político, nos dejará cada vez más a la cola de las economías globales.

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